A latin american Girl in Netherlands. Living an electronic dream. Vivir en Holanda y poder disfrutar del Trance es una gran experiencia que quiero compartir con ustedes, esta es mi historia, la historia de una chica Argentina que dejó su país para perseguir sus sueños. Spanish/English
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Mi amor por el Trance es más bien reciente. Aunque, hoy que entiendo más sobre este intenso subgénero de la música electrónica, me doy cuenta que siempre me había gustado. Sólo que por una cuestión de interés – e ignorancia – desconocía que llevaba este nombre.
Podría decir que todo comenzó cuando escuché por primera vez ‘As the rush comes’ de Motorcycle. O ‘Southern sun’ de Paul Oakenfold. En estas épocas aun no me había detenido a pensar que detrás de estos tracks se escondía toda una inmensa industria musical.
Siempre amé la música. Fue más que nada durante mis primeros años adolescentes que la música se convirtió en mi fiel compañera. Iba conmigo a todos lados. Mi walkman era mi mejor amigo. Grababa mis cassettes de la radio, siempre con la curiosidad innata de saber que el mundo de la música era un camino de ida que nunca terminaba de ser recorrido.
En julio del 2014 fui a mi primer festival de música electrónica. Aunque, si hago memoria, también fui una de las pioneras de las primeras raves (o simulacros de ellas) que se organizaban alrededor del Planetario en mi ciudad natal, Buenos Aires. Por esas épocas (1994-1995) nos juntábamos unos pocos como yo a disfrutar de una nueva ola de sonidos. Eran tiempos en los que aun no había una gran escena alternativa e independiente, poca música extranjera llegaba a nuestros oídos. Me acuerdo que una amiga había viajado a Europa y traído consigo un cassette con temas que aun no se escucharían en las radios argentinas hasta tiempo después. Vivíamos a la vanguardia, teníamos unos 20 años y la vida y el mundo nos parecían hechos de fugacidades. Vivíamos en el momento. Sentíamos, bailábamos y descubríamos que el mundo era menos triste si estábamos juntos.
Más tarde tuve la gran oportunidad de trabajar en una de las disquerías más famosas, Tower Records. Allí conocí a gran parte de los que aun hoy considero mis amigos. Una apertura a otros géneros musicales, aunque lo que más me gustaba era la música dark y el techno de los 80’s, además del rock indie y alternativo. Fue por ese tiempo (año 2000) que fui aprendiendo más sobre la música dance y electrónica. Aunque mis conocimientos aun estarían en pañales.
Las vueltas de la vida me llevaron a venir a Europa 15 años atrás. Hace 12 que desembarqué en Holanda. Sin saber que era aquí donde se cocinaba la mayor industria musical de la música electrónica.
Igualmente, no fue hasta que conocí a una de mis mejores amigas (ella es DJ Trance y se llama Gaia Pampa, también es argentina y vive en Holanda), quien me introdujo en este mundo totalmente nuevo para mí. Con ella fui por primera vez a uno de los mayores eventos de música electrónica en Holanda, Electronic Family Festival en Amsterdam.
Creo que desde ese momento mi vida cambió para siempre. Siempre fui una chica un poco tímida (me lleva un tiempo entrar en confianza con la gente) y, aunque la atmósfera del festival estaba cargada de amor y buenas vibras, aun sentía cierta resistencia a entregarme a esa ola de amor. Todo era muy nuevo para mí.
Amo bailar. Y fue en este festival donde descubrí que toda esa gente experimentaba lo mismo que yo, en una ola cargada de pura energía siguiendo el ritmo de los beats del DJ. Descubrí así a DJs de los que nunca antes había escuchado su nombre. Por primera vez vi y disfruté de la música de Armin van Buuren en vivo. ¡Fue una experiencia increíble! El comienzo de una nueva etapa en mi vida.
Un año después, me doy cuenta del gran impacto que el Trance ha tenido – y aun tiene – en mi vida.
Tras un intenso y movilizador año en que mi vida cambió 180 grados tras una larga y complicada ruptura, fue el Trance y la hermandad de la gente que fui conociendo a lo largo de este último año los que me ayudaron a sentirme mejor y encontrar la estabilidad que necesitaba para continuar con el camino de mi vida en este país.
Creo que lo que más me gusta del Trance es que cuando vas a un festival o una fiesta no necesitas nada más que la música y tus amigos. Ya sabes, que compartimos todos un mismo amor, una envolvente energía que nos deja extasiados y felices. Que todos somos uno.
La música siempre ha sido una forma de terapia. Y desde que soy una Trance Girl la vivo con mucha más emoción. Las ansias de reencontrarme con los amigos de la gran Trance Family de todo el mundo, el escuchar los sets de mis DJs favoritos y bailar, bailar hasta que se acabe el mundo. No podría describirlo con otras palabras que no sean estas. La felicidad de saber que por fín encontré mi lugar en el mundo.
De aquí a la eternidad sólo hay un paso. Hacia adelante. Con las inmensas ganas de seguir descubriendo nuevos DJs y tracks, remixes y seguir elevando mis sueños hacia el infinito.
Y ahora, este sueño se hace realidad: escribir sobre mi amor por el Trance y compartirlo con todo el mundo. ¡Gracias por leer y hasta la próxima!
PLUR
Georgina Zinno
A latin american Girl on Netherlands. Living an electronic dream
My love for Trance is rather recent. Although, now that I understand more about this intense subgenre of electronic music, I realize that I had always liked it. It was maybe a matter of interest – and ignorance – that I was unaware about its name.
You could say it started when I first heard ‘As the rush comes’ by Motorcycle. Or ‘Southern sun’ by Paul Oakenfold. In those times I didn’t stopped to think that behind these tracks there was a huge music industry hiding.
I have always loved music. It was mostly during my early teenage years that music became my constant companion. It went with me everywhere. My walkman was my best friend. I used to record my cassettes from the radio, always with the innate curiosity of knowing that the world of music was a way forward that never ended.
In July 2014 I went to my first electronic music festival. But, now I recall, I was one of the pioneers of the first raves (or sort of) that were organized around the Planetarium in my hometown, Buenos Aires. During those times (1994-1995) we used to gather with a few of others like me just to enjoy a new wave of sounds. We didn’t have much of an alternative and independent scene yet, foreign music was barely reaching our ears. I remember that a friend of mine traveled to Europe and brought a cassette with her with new sounds, songs which weren’t yet played at Argentine radios until much later. We were avant-garde people, in our 20s, our lives and the world we thought were just made of fleetingness. We were just living the moment. We gathered to dance and feel the same, discovering that the world was less sad when we were together.
Later on I had the great opportunity to work in one of the most famous music stores, Tower Records. There I met most of the people who I can still consider my friends today. It was during this period that my mind opened to other genres, although my taste for music was mostly based on dark and techno music from the 80’s, and indie and alternative rock. At this time (2000) I started learning more about dance and electronic music. Although my knowledge would still be in a sort of an early stage.
The turns of life led me to immigrate to Europe 15 years ago. I landed in the Netherlands 12 years ago. I didn’t have a clue about this huge music industry, and that it was here in the Netherlands where almost all electronic and dance music was produced and recorded.
Anyway, it was not until I met one of my best friends (she is a Trance DJ called Gaia Pampa, also from Argentina and living in Holland), who introduced me into this whole new world. It was with her I first went to one of the biggest electronic music events in the Netherlands, Electronic Family Festival in Amsterdam.
I now realize that it was from that moment and on that my life changed forever. I’ve always been a little shy girl (it takes me a while to feel comfortable among other people), and while the whole atmosphere of the festival was full of love and good vibes, I still felt some resistance to surrender to that wave of love. It was all very new to me.
I love to dance. And it was at this festival where I discovered that all the other people were also experiencing the same as me, in a pure emotionally charged wave of energy following the rhythm of the DJ beats. This way I discovered DJs from whom I had never heard their names before. It was the first time I saw and enjoyed the music of Armin van Buuren live. It was an amazing experience! The beginning of a new stage in my life.
A year later, I now realize the great impact that Trance has had – and still has – in my life.
After an intense and mobilizing year, my life changed 180 degrees after a long and complicated break up, and it was Trance and the brotherhood of the people I got to know over the last year that helped me to feel better and find the stability I so much needed to continue with my life path in this country.
I think what I like most of Trance is that when you go to a festival or party you don’t need anything else than just the music and your friends. You know, we all share the same love, an enveloping energy that leaves us ecstatic and happy. We are all one.
Music has always been a form of therapy. And since I am a Trance Girl I live it with much more emotion. There’s always this longing to reconnect with friends from the great Trance Family worldwide, listening to the sets of my favorite DJs and dance, dance until the world falls apart. I could not describe it with other words than these. The joy of knowing that I finally found my place in the world.
From Here to Eternity is only one step. Forward. With great will to continue discovering new DJs and tracks, remixes and keep raising my dreams into infinity.
And now this dream comes true: to write about my love for Trance and to share it with the whole world. Thanks for reading and see you soon!
PLUR
Georgina Zinno
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